lunes, 23 de julio de 2012

LEYENDAS DE LOS JUEGOS OLÍMPICOS
NADIA COMANECI





Los Juegos Olímpicos de Montreal 1976 marcaron 
un antes y un después para la Gimnasia artística. 
Una pequeña rumana de 14 años cautivó al mundo y 
se convirtió en leyenda


Nadia Comaneci era la más joven de la competencia, 
por lo que nadie podía imaginarse semejante destreza 
dentro de la pista. Con 40 kilos y 1,50 metros, era 
la perfección. Su elasticidad y equilibrio se robaron 
todos los flashes. 
Tres oros olímpicos (barras paralelas, barras asimétricas 
y viga de equilibrio), más una medalla plateada (por equipo) 
y otra de bronce (suelo) en su primeros Juegos la 
convirtieron en figura.
El 18 de julio de 1976 no fue una jornada cualquiera en 
la historia de los JJOO. Comaneci se convirtió en referencia 
obligatoria de la gimnasia en el mundo. Fue la primera en 
lograr una puntuación perfecta, 10
Deslumbró en la prueba de barras asimétricas y despertó la 
ovación en todo Montreal y el mundo en cuestión de minutos. 
Durante los 26 segundos que duró su presentación el estadio 
se enmudeció por completo para luego aplaudirla de pie ante 
un salto impactante.
Cuando volvió a su país, Rumania, la recibieron como una 
verdadera heroína. Sin embargo, sus diferencias con el gobierno 
la obligaron a escaparse hacía un nuevo horizonte años más tarde.
En su adolescencia, antes de llegar a los Juegos de Moscú 1980, 
el sobrepeso puso en riesgo su éxito y una molestia en la ciática 
le impidió participar en todas las pruebas
Logró recuperarse y en suelo ruso ganó dos medallas doradas en  
barra de equilibrio y suelo, y de plata en individual y por equipos.  
A los seis años, como una niña introvertida y muy callada, comenzó 
a entrenar en su pequeño pueblo de Onesti y muy pronto los triunfos 
comenzaron a llegar. 
Su primer gran victoria llegó con tan sólo nueve años cuando 
participó en el Campeonato de Europa y se colgó su primera dorada 
internacional. Ya a los 13 años formaba parte de la selección 
nacional. 
"Era muy joven para saber lo que sucedía. Pasó un largo tiempo 
para que yo pudiera entender lo que había sucedido, aún me cuesta 
creerlo", reveló décadas más tarde.
Seis días antes del encendido del fuego olímpico en el estadio 
de Statford, Nadia Comaneci recorrió junto a la antorcha por las 
calles de Londres 2012. Su leyenda no se acabará jamás.

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